Santiago
de Chile. Cientos de militares se encuentran patrullando las calles de
Santiago de Chile luego de que se decretara la tercera noche consecutiva
en la que se aplicaba el toque de queda, a raíz de las violentas
protestas sociales que estallaron desde el viernes en el país vecino.
La
medida entró en rigor a las 8:00 p.m. (6:00 p.m. en el Perú) y se
mantendrá hasta las 6:00 a.m. (4:00 a.m. en el Perú) del martes.
Miles de personas se manifestaron este lunes en la céntrica plaza Italia de Santiago y las protestas se mantuvieron en varios puntos de Chile,
tras un estallido social que deja 11 muertos y cientos de heridos desde
la semana pasada, obligando a decretar toque de queda por tercer día
consecutivo.
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“Que se vayan los milicos”,
gritaban los manifestantes la Plaza Italia, en abierto desafío a las
fuerzas militares y policiales que resguardan en gran número el centro
de la capital chilena, bajo estado de emergencia.
Bailando,
caceroleando y aplaudiendo con fuerza cada vez que sobrevuela un
helicóptero militar, los manifestante coreaban: “Ohhh...Chile despertó;
Chile despertó...”
“Va a correr sangre. Nos cerraron las puertas de todas las cosas”, dice a la AFP Adrián Castillo, un dentista de 30 años, que portaba una pancarta en que le leía: “fuera Piñera”.
Y
pese a los llamados a la calma del gobierno, la intensidad de las
protestas no cede, obligando a las autoridades a decretar por tercer día
consecutivo un toque de queda en Santiago y otras ciudades del país.
Hasta
el momento, “la cifra de fallecidos oficiales que tenemos que lamentar
en estos últimos dos días es 11”, dijo Karla Rubilar, intendenta
(gobernadora) de la Región Metropolitana.
Las
muertes han ocurrido en su mayoría a causa de incendios de
instalaciones en medio de los extendidos saqueos. El Partido Comunista
denuncia la muerte por un disparo policial de un joven ecuatoriano en la
cuidad de La Serena (norte).
El
ministro de Salud, Jaime Máñalich, informó de su lado que hay 239
civiles heridos, ocho de ellos en riesgo vital. El titular de la cartera
de Interior, Andrés Chadwick, dijo que 50 policías y soldados también
resultaron heridos, en tanto la Fiscalia dio cuenta de 2.151 detenidos
en todo Chile. El Instituto de Derechos Humanos reporta en tanto 37
heridos por arma de fuego.
- Día laboral a medias -
En
un ambiente de gran tensión, con varios focos de protesta, los chilenos
abordaban el primer día laboral tras el estallido de las
manifestaciones más violentas desde el retorno a la democracia en 1990
con el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.
Muchos
empleadores cancelaron las jornadas de trabajo y las clases estaban
suspendidas en prácticamente todos los colegios y universidades.
Las
autoridades calcularon en 20.000 los puestos de trabajo afectados por
la destrucción y la bolsa de Comercio de Santiago cerró con una caída de
4,61%.
“Si
el detonante del conflicto fue el aumento de la tarifa del metro, con
el correr de las horas las protestas se hicieron eco de otras
reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace años descontento
con un modelo económico cuyo acceso a la salud y a la educación es
prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y
alza de los servicios básicos.
“La
gente está aburrida, está cansada, está dolida porque es mucho”, dice
Solange, una maestra que se manifestaba en el centro de Santiago.
- "Guerra " -
El
gobierno ha condenado la violencia y llamado a la calma pero el
presidente Sebastián Piñera, que hasta hace pocos días se refería a
Chile como un “oasis” de tranquilidad, afirmó la noche del domingo que
el país se encontraba “en guerra contra un enemigo poderoso”.
En
el centro de Santiago se observa gran presencia militar y policial.
Algunas tiendas abrieron sus puertas, pero la mayoría de los
supermercados y centros comerciales permanecían cerrados o abrían
parcialmente.
En
algunos supermercados, las personas hacían largas filas para
abastecerse de víveres. En las gasolineras había enormes colas de
vehículos para cargar combustible.
La
violencia de las protestas tiene a muchos perplejos, con miedo, aunque
también expectantes de los cambios que se pueden venir tras el
estallido.
“Se
veía venir esto. El gobierno no ha hecho nada, no era solo el pasaje de
metro lo que gatilló esto y terminó en vandalismo. Si el gobierno no
hace cosas contundentes, medidas para mejorar los sueldos, la salud, las
pensiones...”, dijo a la AFP Carlos Lucero, de 30 años, vendedor de
sándwiches en el céntrico paseo Ahumada.
- Chalecos amarillos -
Con
dos noches consecutivas de toque de queda tras decretarse el estado de
emergencia en varias ciudades de Chile y cuando cundían los saqueos y
pillajes en todo el país, vecinos se organizaron para evitar ataques a
sus hogares.
Armados
con palos y con los chalecos amarillos que popularizaron manifestantes
en Francia, defendieron sus casas pero también supermercados y tiendas
de barrio que quedaron en pie y no fueron vandalizados.
“La
idea fue organizarnos e identificarnos entre vecinos, por eso nos
pusimos los chalecos amarillos. Hubo algunos intentos de robo en el
sector”, dijo Priscila, una vecina de la comuna de Macul (oriente de
Santiago) al canal 24 horas.
Los
vecinos, en alianza con las fuerzas de orden, realizaron rondas de
vigilancia junto a policías y militares que les permitieron salir a las
calles pese al toque de queda.
Fuente: AFP