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Nueve de cada diez asentamientos ubicados en el lado pobre del llamado "Muro de la Vergüenza" de Lima, que divide el pudiente distrito de La Molina del humilde distrito de San Juan de Miraflores, no cuenta con agua potable ni con desagües, según un estudio de la organización chilena Techo presentado hoy.

El "Muro de la Vergüenza", convertido ya en una de las imágenes más icónicas de la desigualdad en Latinoamérica, fue construido para evitar que los asentamientos pobres de San Juan de Miraflores siguiesen avanzando e invadiesen los terrenos de La Molina, donde a pocos metros hay exclusivas casas con toda clase de comodidades.

"Lo que pasa al otro lado del muro son vulneraciones a los Derechos Humanos de las personas que allí residen", aseguró en un comunicado la directora del Centro de Investigación Social de Techo Internacional, María Jesús Silva, a cargo del informe.

El estudio se realizó gracias a la participación del voluntariado y referentes de las comunidades estudiadas, y se contabilizaron un total de 138 asentamientos populares en esta zona de San Juan de Miraflores, ubicado en el sur de Lima, que albergan unas 46.000 personas, reunidas en unas 12.300 familias.

Según las conclusiones del documento, el 78 % optó por ocupar el asentamiento por ser la única opción que encontraron para vivir en Lima, ante la dificultad de habitar un espacio accesible en la ciudad.

En el 64 % de los casos, los encuestados consideraron la contaminación como el principal riesgo, debido a que los asentamientos se encuentran cerca de criaderos de ceros o basureros.

Casi un 70 % señaló que los asentamientos se encuentran en laderas o zonas montañosas, mientras que 30% de los asentamientos enfrenta el riesgo de incendios.

"Hay un dato que debe convocarnos y movilizarnos para articularnos como sociedad, y es que en el 97 % de los asentamientos, la comunidad está organizada en juntas directivas para poder responder a las dificultades que afrontan", advirtió Silva.

La encargada del estudio explicó que "los asentamientos son una manifestación de la desigualdad en las ciudades donde vivimos" y comentó que "es un error abordar la realidad de pobreza y asentamientos populares en forma aislada".

"Es necesario proyectar la mirada a las prioridades de la ciudad donde residimos y cómo responden realmente las diferentes necesidades de la población", agregó.

El informe se realizó para obtener un mayor conocimiento sobre la situación que afrontan las familias de los asentamientos de San Juan de Miraflores y construir respuestas ante esa realidad.

En América Latina , según cifras de ONU Hábitat, se estima que 104 millones de personas viven en asentamientos en situación de pobreza y exclusión.